Probablemente se trata del producto más novedoso e interesante que ha pasado por nuestro laboratorio en mucho tiempo. No por el mero hecho de convertir vídeo analógico a digital (cosa que se lleva haciendo desde hace años), sino por cómo realiza este proceso
En todos los productos de este tipo ha sido necesaria la existencia de un PC para gestionar diversas tareas como el almacenamiento. En esta ocasión, lo único que tenemos que hacer es conectar en un extremo cualquier fuente de vídeo analógica (también digital pero mediante el cableado de Vídeo compuesto o S-Vídeo) y, en el otro, una unidad de memoria Flash USB, un disco duro externo o incluso (y este es otro de sus atractivos) un iPod o una PSP.
Una vez que los dos dispositivos estén conectados, tan sólo será necesario seleccionar mediante un botón la calidad de conversión, que Pinnacle ha dividido en tres modalidades: Buena, Mejor, La mejor. Para una conversión a disco duro externo, por ejemplo, estas tres modalidades se corresponden con unas resoluciones de 320 x 240, 640 x 480 o 720 x 576 píxeles, siempre en formato MPEG-4 H.264.
Una vez seleccionada la calidad (la controlaremos mediante las pequeñas luces, una por cada nivel), comenzaremos la reproducción desde la fuente analógica y pulsaremos el botón Rec para empezar la transferencia en tiempo real. Muchos usuarios buscaban una solución para convertir cintas VHS a formato digital, pero este proceso era algo arduo mediante una capturadora conectada al PC. Ahora todo es más fácil.
Características:
Capturadora de vídeo que convierte la señal directamente en MPEG-4 para transferirla a dispositivos iPod, PSP o cualquier otro de almacenamiento, como unidades Flash USB o de disco duro externo. No necesita PC
Lo mejor:
Sin duda alguna, su fácil funcionamiento, que no requiere ningún conocimiento técnico. Además, su autonomía permite utilizarlo en cualquier lugar
Lo peor:
Es mínima la información que el dispositivo es capaz de mostrar mediante combinaciones de luces, pero hace tan bien su trabajo que este detalle se convierte en insignificante